Es impresionante que existan estas joyas en Nayarit. El nombre “Cascada del Elefante” se le dio por la particular figura que se forma al caer el agua, que asemeja a un elefante que estira su trompa.
Al pie de la cascada encontramos diferentes tonalidades de agua, dependiendo del momento en que la visitemos, su agua puede ser cristalina y en otras ocasiones se mineraliza y entonces adquiere un tono azulado, lo que la convierte en un lugar perfecto para pasar una tarde de relax. Aunado a esta bella imagen, el sonido del agua y los pájaros convierten cada visita en excepcional.
Para acceder a esta belleza oculta, debemos ir a la localidad de Francisco I. Madero, desde donde se encuentra la cascada del elefante, a unos 20 minutos del poblado, atravesaremos caminos sin asfaltar y vegetación de todo tipo, simplemente una aventura para recordar y contar.
Una recomendación para los visitantes es llevar comida, ya que la cascada y la zona siguen en un estado alejado de grandes poblaciones. Eso si, y muy importante, siempre recoge toda tu basura, lamentablemente por visitantes mal educados, los ejidatarios se han visto obligados, en varias ocasiones, a cerrar el paso a visitantes ajenos a las poblaciones cercanas.
La Cascada del Elefante es un destino que todos pueden disfrutar, y por supuesto no hay que olvidar tomar una foto de recuerdo, ya que siempre será bueno recordar la aventura en un lugar tan mágico y a solo 35 minutos de Tepic.
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